OSCAR VEGA (1945 – 2007)
El viernes 16 de febrero último, amaneció nublado y una imprevista e inusual lluvia pilló a los desprevenidos habitantes de la capital y del litoral central, los que corrían en busca de refugio. Era de aquellas lluvias normales para el período de invierno, con un viento arrasador y que nublan la visión a cada paso. Para los meteorólogos, no era más que un extraño sistema frontal que atacaba desde el otro lado de la cordillera, comenzando en el sur.
Pero la realidad era otra, el Cielo y la Tierra lloraban a mares por uno de sus hijos favoritos que dejaba esa madrugada este mundo. Era su manera de decir adiós a uno de los últimos verdaderos historietistas que ha tenido Chile en el siglo XX y los primeros años del actual, un artista completo, que si merecía este último titulo.
Oscar Vega Etcheverry, nació en Potrerillos un 28 de Julio de 1945, y quien vio algo en este joven talento fue su profesor don Percy Eaglehurst, el ilustre creador de ese notable personaje "Pepe Antártico", el cual lo incentivaría a probar suerte en el mundo del dibujo y la ilustración. Ya a los 17 años era uno de los dibujantes oficiales de James Bond, el afamado agente 007, con quien irónicamente se encontró en un crucero el año recién pasado.
Sería en el movido año de 1968, cuando el gran Eduardo Armstrong comenzó a planificar una revista infantil titulada "Los Pecosos", para la editorial Lord Cochrane, y le encargaría a Oscar el diseño del personaje de la historieta que acompañaría cada número. Como modelo, el ilustrador se basaría en "Daniel el Travieso" – un cómic infantil de EE. UU. - y una leve mezcla con "Asterix" – el símbolo de la historieta francesa -, y de esta manera nace el personaje "Mampato", que en realidad se llamaba Patricio, el que, producto de la burla de un compañero de curso, por su escaso tamaño, lo bautizó como Mampato, quedando con dicho mote y posterior fama.
Oscar dibujaría los primeros números, con el cual se definió la orientación y contenido de la historieta, además de agregar otros personajes a la saga, como Xsé – quien le regaló el cinto espacio-temporal a Mampato -, Mong – un guiño al archienemigo de Flash Gordon -, y Kolofón, entre muchos otros. El esfuerzo de dibujar una historieta infantil era mayúsculo, ya que su estilo era más serio. Entonces, recomendaría a don Themo Lobos para que se encargara del cómic, ya que era y es considerado uno de los mejores historietistas infantiles.
Entre los logros que se pueden recordar de Oscar, es el haber formado el Departamento de Animación de Televisión Nacional de Chile, junto a otros profesionales, entre los años 1970 y 1974.
En 1979, El Mercurio lo llamaría a ser uno de sus ilustradores, mientras que La Tercera lo reclutaría como creativo e ilustrador para el suplemento infantil "Icarito", además de ser cordinador y dibujante para el recordado y destacado suplemento titulado, no casualmente, "Historietas", el que duró hasta el año 1982.
Es en el mismo año 1979, cuando comienza a pintar paralelamente con sus actividades de ilustrador. De aquí en adelante, el mundo de la pintura llenaría gran parte de su vida, en el cual participaría, crearía exposiciones, así como dictaría charlas y cursos. Un hito sin igual en esto se produce en el año 2005, cuando viaja al extranjero, específicamente a Inglaterra, para ganar el premio "Chase de Vere" por su obra “Mia, Moon Light” – considerada la acuarela perfecta -, y es nombrado miembro integrante de BIRMINGHAM WATERCOLOUR SOCIETY. El mencionado premio, por su alta exigencia, no se otorgaba desde hacía 40 años, lo que es un dato no menor.
Su obra en el Noveno Arte se encuentra diseminado en diversas publicaciones, no sólo en “Mampato”, por lo que ojalá se pueda, sino totalmente, recopilar en un libro lo más destacado de su obra, para goce y recreación de las nuevas generaciones, que tienen en él a un maestro.
Para muestra, una anécdota: en la década de los 90, en la inauguración de una exposición de cómics, organizada por “Ficcionautas Asociados”, en el Círculo Español, Oscar Vega, subió al podio para presentar el evento, además de la obra de su hijo Félix - otro destacado historietista e ilustrador, hoy radicado en España -, y comienza su introducción presentándose por su nombre, lo que bastó para que todos los allí presentes, niños, jóvenes y adultos, nos colocáramos de pie para aplaudirlo. Su modestia buscó cubrir su emoción, lo que logró a duras penas. Después, en una conversación que sostuvo con nosotros, reconocería que ello lo tomó por sorpresa, el que todavía él estuviera presente en la memoria de los amantes de la también llamada “literatura dibujada”.
Todo un orgullo para nuestro país, que un talento y don como el de Oscar Vega supiera representarnos en el extranjero. Atrás quedan aquellas largas conversaciones y anécdotas que solía contar cada vez que uno se reunía con él, una enciclopedia viva sobre el mundo del cómic nacional, y si se tuviera que hacer un libro sobre la Historia del Comic Chileno, tendría que haber sido él quien lo escribiese y que lamentablemente sufrió el llamado pago de Chile, al no ser reconocido y valorado por todo lo que entregó, pero quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, estamos orgullosos de su trabajo y su calidez humana.
El viernes 16 de febrero último, amaneció nublado y una imprevista e inusual lluvia pilló a los desprevenidos habitantes de la capital y del litoral central, los que corrían en busca de refugio. Era de aquellas lluvias normales para el período de invierno, con un viento arrasador y que nublan la visión a cada paso. Para los meteorólogos, no era más que un extraño sistema frontal que atacaba desde el otro lado de la cordillera, comenzando en el sur.
Pero la realidad era otra, el Cielo y la Tierra lloraban a mares por uno de sus hijos favoritos que dejaba esa madrugada este mundo. Era su manera de decir adiós a uno de los últimos verdaderos historietistas que ha tenido Chile en el siglo XX y los primeros años del actual, un artista completo, que si merecía este último titulo.
Oscar Vega Etcheverry, nació en Potrerillos un 28 de Julio de 1945, y quien vio algo en este joven talento fue su profesor don Percy Eaglehurst, el ilustre creador de ese notable personaje "Pepe Antártico", el cual lo incentivaría a probar suerte en el mundo del dibujo y la ilustración. Ya a los 17 años era uno de los dibujantes oficiales de James Bond, el afamado agente 007, con quien irónicamente se encontró en un crucero el año recién pasado.
Sería en el movido año de 1968, cuando el gran Eduardo Armstrong comenzó a planificar una revista infantil titulada "Los Pecosos", para la editorial Lord Cochrane, y le encargaría a Oscar el diseño del personaje de la historieta que acompañaría cada número. Como modelo, el ilustrador se basaría en "Daniel el Travieso" – un cómic infantil de EE. UU. - y una leve mezcla con "Asterix" – el símbolo de la historieta francesa -, y de esta manera nace el personaje "Mampato", que en realidad se llamaba Patricio, el que, producto de la burla de un compañero de curso, por su escaso tamaño, lo bautizó como Mampato, quedando con dicho mote y posterior fama.
Oscar dibujaría los primeros números, con el cual se definió la orientación y contenido de la historieta, además de agregar otros personajes a la saga, como Xsé – quien le regaló el cinto espacio-temporal a Mampato -, Mong – un guiño al archienemigo de Flash Gordon -, y Kolofón, entre muchos otros. El esfuerzo de dibujar una historieta infantil era mayúsculo, ya que su estilo era más serio. Entonces, recomendaría a don Themo Lobos para que se encargara del cómic, ya que era y es considerado uno de los mejores historietistas infantiles.
Entre los logros que se pueden recordar de Oscar, es el haber formado el Departamento de Animación de Televisión Nacional de Chile, junto a otros profesionales, entre los años 1970 y 1974.
En 1979, El Mercurio lo llamaría a ser uno de sus ilustradores, mientras que La Tercera lo reclutaría como creativo e ilustrador para el suplemento infantil "Icarito", además de ser cordinador y dibujante para el recordado y destacado suplemento titulado, no casualmente, "Historietas", el que duró hasta el año 1982.
Es en el mismo año 1979, cuando comienza a pintar paralelamente con sus actividades de ilustrador. De aquí en adelante, el mundo de la pintura llenaría gran parte de su vida, en el cual participaría, crearía exposiciones, así como dictaría charlas y cursos. Un hito sin igual en esto se produce en el año 2005, cuando viaja al extranjero, específicamente a Inglaterra, para ganar el premio "Chase de Vere" por su obra “Mia, Moon Light” – considerada la acuarela perfecta -, y es nombrado miembro integrante de BIRMINGHAM WATERCOLOUR SOCIETY. El mencionado premio, por su alta exigencia, no se otorgaba desde hacía 40 años, lo que es un dato no menor.
Su obra en el Noveno Arte se encuentra diseminado en diversas publicaciones, no sólo en “Mampato”, por lo que ojalá se pueda, sino totalmente, recopilar en un libro lo más destacado de su obra, para goce y recreación de las nuevas generaciones, que tienen en él a un maestro.
Para muestra, una anécdota: en la década de los 90, en la inauguración de una exposición de cómics, organizada por “Ficcionautas Asociados”, en el Círculo Español, Oscar Vega, subió al podio para presentar el evento, además de la obra de su hijo Félix - otro destacado historietista e ilustrador, hoy radicado en España -, y comienza su introducción presentándose por su nombre, lo que bastó para que todos los allí presentes, niños, jóvenes y adultos, nos colocáramos de pie para aplaudirlo. Su modestia buscó cubrir su emoción, lo que logró a duras penas. Después, en una conversación que sostuvo con nosotros, reconocería que ello lo tomó por sorpresa, el que todavía él estuviera presente en la memoria de los amantes de la también llamada “literatura dibujada”.
Todo un orgullo para nuestro país, que un talento y don como el de Oscar Vega supiera representarnos en el extranjero. Atrás quedan aquellas largas conversaciones y anécdotas que solía contar cada vez que uno se reunía con él, una enciclopedia viva sobre el mundo del cómic nacional, y si se tuviera que hacer un libro sobre la Historia del Comic Chileno, tendría que haber sido él quien lo escribiese y que lamentablemente sufrió el llamado pago de Chile, al no ser reconocido y valorado por todo lo que entregó, pero quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, estamos orgullosos de su trabajo y su calidez humana.
Roberto Alfaro Vergara
Kenneth Mac Farlane Leupin
Santiago, 8 de Marzo del 2007.-
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