Cuando iba en el cuarto sueño y las chicas de Playboy le juraban amor eterno al pintamonos de Valpo, gritos desgarradores y pasos de correrías desesperadas en el segundo piso le despertaron y a poto pelado sin saber a qué atenerse fue dándose cuenta que en frente de su casa un incendio se había desatado. Por fortuna bomberos logró apagarlo tras incómoda lucha-se llega al siniestro subiendo larga escala o a través de largos y estrechos callejones-. Y mientras estas líneas se escriben suenan sirenas nuevamente y se acercan a este mismo lugar.
lunes, febrero 04, 2008
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